jueves, 23 de enero de 2014

LA JAULA DE LA VIDA

        Nació sin saber porque y a que ha venido y cuales su lugar, en cuando quiso darse cuenta ya tenia 60 años. En su entorno, no era bienvenida porque era la cuarta hembra y el padre estaba loco para tener el barón que llevará realmente su nombre. Aunque no decía nada y sonriendo a la vida, en su profundo ser había una angustia terrible, lejos de su madre y sus hermanos por el mal rollo que había entre sus cuñadas y su mujer. No tenía más remedio que enfrentar  la vida con su optimismo. Los envidiosos se alegraban mucho y disfrutaban la situación de la pequeña familia y decían: Ha divorciado a la prima porque le dio 3 hembras y le ha venido otra que solo le dará  hembras que no era el caso, el segundo si era barón y el cuento en su mente ya ha cambiado. En cuando entró en razón la niña sentía más rechazo y mal trato, sin saber porque, pero porque era la hija de la segundo mujer del padre quién no estaba aceptada y además la niña más bella de la familia entera. A los doce años y de jugar con las demás niñas del barrio a la casa del marido, sin explicación, ni permiso. El primer año no sabía que estaba pasando solo le dijeron que ya estaba casada y que el amigo del padre místico es su marido. En el mismo año se quedó embarazada y tuvo su primer hija con trece añitos. Nada más parir tenía que ir del desierto a la casa de la suegra en el oasis de Tafilalet. Es como salir del paraíso infernal al infierno vivo. Mal trato físico y mental, todos los días y las noche. Con catorce años nació su segunda hija, en la misma semana tenía ya moratones en el cuerpo y la cara, nada más llegar su padre se pegó a él y le dijo:  -Si me dejas aquí en cuando salgas me suicido. El padre quería llevarla unos días con él pero el marido se puso en el medio y le dijo:  -si te la llevas te la quedas. Al oír la palabra te la quedas la pequeño salto sobre el padre pidiéndole que se la llevara de ese lugar que no podía más. Al padre le pareció que era la oportunidad de liberar un tiempo a su pequeña. Por su ingenuidad no paraba de decir que nunca volverá a ese lugar y que no quería ver más al monstruo mal tratador. El místico sentado en el suelo con las piernas cruzadas muy tranquilo, le dijo:  - si quieres el divorcio, lo tendrás solo a una condición; me das mis hijas te doy tu contrato de separación. Sin pensarlo dos veces, arrancó la teta a la pequeña con un mes y se la tiro sobre las piernas y añadió: son tuyas para siempre y no te perdono nada, hasta encontrarnos con el creador. Al volver a la aldea y hasta casarse de nuevo con quince años lloraba todas las noches, añorando a sus pequeñas, sin saber nada de ellas. 
          Se casó con un familiar suyo que , siempre soñaba que sea su marido y lo consiguió era más feliz que nadie. Del desierto al atlas en una cuidad muy bonita y agradable, todo parecía que iba muy bien. Su primera noche saboreó sus carnes como nunca en su último año. Al día siguiente tenía que levantarse sonriendo a la vida si no merecerá su próximo castigo. 
ahí estaba mucho más lejos de su tribu entera y nadie vendrá a salvarla de la bestia que viene todas las tardes de la caserna militar para sacarla a pasear y partirse de risa de ella por su añoranza. Todo era tema de pregunta y la respuesta siempre venía con un desprecio que se quedaba con ganas a que la humillen. Llegó su primer hijo y era barón, pensando que era la salvación pero aun así la maldición no paraba de caerle encima. Entonces se volcó en la religión y sus oraciones día y noche. cada vez estaba más cerca de dios que de los humanos, se levantaba a las cinco de la mañana para hacer la oración del amanecer y pedirle a dios fuerzas para enfrentar esa vida tan triste y cargada de emociones tan negativas que casi no podía aguantar. Su fe cada vez estaba más absoluto y empezó a ver señales de liberación y de la nada empezó a sentir que no estaba sola. Entonces se enfrentó al marido por primera vez y ya no era la última. Dos en mi y uno en ti decía, le pegaba con lo que sea, bombona de gas, olla, sartén o mesa, y le decía: toma la al nombre de Allah. Él era creyente pero no practicaba y sentía miedo por su comportamiento y la fuerza de la mujer, entonces sus vidas eran una guerra a igual. Una noche le dijo : -prepárate
que te iras pronto a la frente. Vivirás la guerra en vivo como lo hiciste con Francia y con los antiguos combaten-tes ah y muy pronto. En la misma semana le convocaron su desplazamiento al frente de polis-ario en el Sahara occidental, de repente se veía sola con dos hijos uno de 3 y una con menos de un año. Ahora su miedo no es a la compañía más bien a la soledad. A los tres meses regresó el marido y como si nada ha pasado, saboreó sus carnes su primera noche y él casi perdió el ojo izquierdo. Al día siguiente se mudaron a una cuidad más cerca del desierto, la casa nueva tenía una energía demasiado cargada y no estaban tranquilos ni ella ni sus hijos. Al mes se fue el marido y la pobre mujer se sentía más sola que nunca, el primer amanecer, se purificó lavándose como siempre. Los niños duermen al lado, extendió su alfombra hacía la Meka, levanto los bracos hacía la cabeza y dijo: Allah Uakbar (dios es grande en árabe) en el mismo instante, se empezaron a tocarse campaña de iglesia o más bien catedral, tan fuerte que temblaba la casa entera. Su cuerpo no paraba de ahitarse solo como si miles de manos la estaban moviendo sin parar. intentaba volverse a la normalidad, pero la pesadilla seguía llevándole cada vez más y más. 
Empezó a insultar al diablo: dios protege me  de satanás. Sin parar hasta que las campanas empezaron a pararse poco a poco. Al día siguiente, era incapaz de levantarse..................................

                                    CONTINUARA MAÑANA.......................      

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