lunes, 13 de enero de 2014

BACAS FLACAS

Como suele decirse, no es oro todo lo que reluce. El dinero trajo felicidad y prosperidad, pero la envidia sembró su cizaña, hubo problemas entre los hermanos de mi padre. Diferencias de criterio sobre la forma de llevar el negocio. Nada podía molestar más a mi padre que las riñas familiares. Para él, son los hombres quien deben tener el control del dinero. tenían una habitación con toda la fortuna, y cada vez que veía a la mujer de su hermano mayor con la llave en la cintura, comenzaba la discusión de siempre; -Como lo ves hermano? somos 3 hombres y una mujer lleva la llave? Si no puedes llevarla tú, dámela o dásela a mi madre, o no? Vale respondía el hermano mayor y a lo largo de unos días se repetía la escena. Además de problemas familiares, empezaron los profesionales. Todos sus empleados les hacían trampas, mezclaban piedras con minerales y le engañaban en el peso de las toneladas. cosían el peso de 10 kg en el saco, entonces la empresa compradora le reclama toneladas de mineral y se quejaba de la mezcla del mineral con piedras. Con todo este tinglado, encima van y le denunciaban al alcalde del pueble. A mi padre le sentó como un tiro al corazón; eran todos familiares y amigos, árabes y bereberes y por tema de dinero estaban en estado de guerra. Cuando estaban en frente del alcalde, en un lado mi padre solo, sin sus hermanos que no querían estar presentes y los demás representantes de los empleados. En cuando mi padre enseñó las reclamaciones de la empresa; directamente les hecho a todos a la calle y les dijo: -porque Bouzaine os ha perdonado si no os meteré a todos en la cárcel unos días para que os educan un poco, sin vergüenzas. Mi padre muy dolido salio de la sala y directamente se fue hacía las minas. en la colina más alta se orientó hacía la Meca y hizo su oración, en ella pedía a Dios que se llevara su fortuna, que todo volviera a ser como antes. 

Se paró la excavación unos días y en cuando se pusieron de acuerdo sobre la reanudación del trabajo, se fue el primer grupo al amanecer, dentro de la mina todo era normal. espejos por todos los lados, el mineral era grafito, además del khol para los ojos, se fabricaba muchas cosas con el. 
Con los primeros golpes, se caía la capa fina del mineral y después todo carbón; Una polvareda, impresionante, todos salieron asfixiados, sin poder respirar.

Como si Allah le hubiera escuchado, el yacimiento no dio más de sí. Tuvieron que cerrar el negocio. Con los fajos de billetes acumulados bajo las alfombras, mi padre siguió aún así manteniendo a todas las familias que trabajaban para él! Hasta que se quedó sin un céntimo.
-ahora estamos todos iguales -dijo, con la tranquilidad de quien se ha quitado un peso de encima. 

Cuando yo nací, habían llegado las vacas flacas. Todo había terminado: oumfis, el   pueblo fundado por mi padre, estaba en las últimas.

Para salir adelante, mi padre tomó una decisión drástica: decidió trasladarse a vivir a Erfoud, donde tenía una casa en el centro del pueblo, donde crecí yo y alquilar parte de la casa. De la noche a la mañana, sin pedir permiso, por su propia cuenta y riesgo, abrió cinco puertas a la calle.

Como es lógico suponer, se le echó encima la autoridad competente. El alcalde le citó en su despacho.
-¿Pero qué te has creído? - le dijo, con una falta de respeto que nadie en el pueblo se hubiera atrevido a cometer. Era un joven funcionario de origen de Rabat, de mentalidad moderna, que apenas conocía, ni le interesaba, la historia ni las costumbres del lugar-. No puedes abrir cinco puertas a la calle, así como así, sin pedir permiso.
-¿Sin pedir permiso? ¿En mi propia casa? En mi casa hago lo que me da la gana, -respondió mi padre, sin mover una ceja. Se dio la vuelta y salió del despacho. La cosa no quedó ahí. El alcalde no conocía a mi padre, y siguió buscándole las cosquillas. Le envió cartas, le amenazó con meterle en la cárcel. Mi padre ya furioso fue a verle. -¿Me estas buscando? - Le preguntó.
- La ley es la ley, y va por todos, ¿lo sabes anciano? Y hay que cumplirla. Él que no la cumple va a la cárcel. - Pues iré a la cárcel joven.
Salió del despacho, pero se detuvo en el umbral, se dio la vuelta, miró al alcalde, extendió el brazo, apunto con el dedo y hizo el gesto de apretar el gatillo tres veces con el sonido de las balas con su boca y se fue sin mirar atrás. 

pocos días después, el joven funcionario fue trasladado. El alcalde que nombraron hizo de tripas corazón y no puso inconveniente al negocio inmobiliario, hasta se hicieron amigos y iban a la caza juntos durante mucho tiempo.

Mi padre no tardó en encontrar empleo. Con la experiencia adquirida en la extracción de mineral, empezó a trabajar para la empresa minera francesa que la vendía antes. Aunque nunca leyó un libre de geología, sabía más que muchos licenciados de las mejores universidades. Vestido con su chilaba, sin necesidad de ningún aparato, con la única tecnología de su instinto, enseguida sabía dónde había que empezar a trabajar. Los geólogos le miraban con escepticismo, pero el tiempo acababa siempre por poner las cosas en su sitio. mi padre casi siempre acertaba, para desesperación de los licenciados, que no daban una los pobres.

Las matemáticas también eran su habilidad, era capaz de contar y hacer cálculos sin calculadora, a lo mejor usaba algún papel y bolígrafo y poco más, siempre acertaba. Una de las veces estaba con el director de la empresa rectificando los cálculos y en cuando estuvo el contable con ellos, mi padre le comentó que había un error, pero el contable se ofendió mucho y en cuando rehízo sus cálculos que lo costó mucho tiempo, se dio cuenta de su fallo y tenía que disculparse a mi padre y al director. Aun así mi padre solo le hizo mucha gracia y le dijo: - en los fallos reside el prendierais, hijo. Mi padre tenía sus nervios siempre en un congelador bien cerrado. ¿Como lo hace? Paciencia dirá seguro.





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